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El duelo y su impacto laboral


ES NORMAL QUE NUESTROS TRABAJADORES PIERDAN A UN SER QUERIDO CERCANO y que con ello deba la empresa dar los respectivos días que le corresponden, al cabo de los cuales la persona debe volver a sus labores. Pero, ¿en realidad vuelve?

Ese primer momento en el cual fallece un ser querido, el choque de la noticia, mantiene a la persona en alerta y todo su organismo se prepara para enfrentarlo, por lo tanto es una etapa de tensión llena de actividades y personas (unas cercanas y otras que reaparecen) lo cual también puede provocar emociones encontradas que en ese momento no pueden manejarse.

Dentro del trabajo, la administración se prepara para estar un par de días sin esa persona que debe atender las actividades propias de un funeral. Se envían ofrendas florales, notas, tarjetas, correos electrónicos; algunos trabajadores pedirán tiempo para acompañar al doliente en la funeraria o el cementerio. Todo ello desequilibra en primer momento el qué hacer dentro de la empresa.

Y luego vuelve. ¿En realidad vuelve?

¿Cuánto tiempo dura el duelo? Esa sensación de aislamiento mental, de profundo dolor que anula la temporalidad, la atención y la percepción de una carga insoportable que le afectará directamente en su trabajo y su círculo familiar debido a la angustia, las noches interminables sin dormir, la falta de apetito, etc. ¿Cuánto estamos -como empresa- preparados para ayudar a la persona a reincorporarse en sus labores? Probablemente nos preguntaremos también qué tanto debemos inmiscuirnos en algo tan personal.

Analizándolo detenidamente, podemos observar el impacto del duelo en el clima laboral, en la productividad. Cada puesto tiene su nivel de atención y riesgo; si nuestro trabajador está inmerso en un dolor tan grande que le impide concentrarse, ¿acaso no está en mayor riesgo de sufrir un accidente? De paso con ello provocar interrupciones laborales, perjuicio a maquinaria y materias primas e incumplimiento de tareas. En ese momento, ¿cuál es la actuación y en quién recae la tarea de apoyo al duelo?

El duelo puede durar varios meses y para las personas externas es una situación que causa cierta incomodidad al no saber exactamente cómo actuar. En otros casos, habrá personas que surgirán de forma espontánea en apoyo directo, que no necesariamente es el adecuado. Cada quien lo ve de una manera diferente a través del lente de la religión, la cultura, las experiencias personales y es por ello que cada quien tiene algo diferente que decir, pero el asunto es que el duelo es personal. Es una experiencia única que cada quien aprende a sobrellevar.

Debemos considerar que la persona va a cambiar y que probablemente el impacto que ha sufrido va a repercutir en su desempeño y por ende en el ambiente, en gran parte porque los compañeros se sentirán incómodos por las fallas y el estado de ánimo que no saben cómo sobrellevar y para los jefes puede ser más estresante ya que dentro del trabajo están esperando resultados. Dado que no es grato enfrentar con emociones ajenas, es importante que exista una figura dentro de la empresa que pueda apoyar tanto al trabajador que sufre un duelo como a los compañeros que lo rodean, de la misma forma se esperaría el apoyo a los trabajadores cuando uno de ellos ha fallecido ya sea dentro o fuera de la empresa. Tener claro que llevará un tiempo la recuperación personal o grupal y que más que las palabras son las acciones de empatía las de vital importancia, que se traducen en una escucha activa cuando el trabajador así lo decida, para lo cual se debe dejar claro que puede hablar o callar y que estaremos ahí en el respeto de la distancia que tome el trabajador. Considerar que, aunque esté presente, mostrará una ausencia o silencios incómodos, por lo que no debemos forzarlo a participar en actividades grupales si no lo desea y de antemano estar preparado para las lágrimas, las cuales no deben ser reprimidas.

​Las personas tienen diferentes reacciones; unas lo enfrentarán desde sumirse completamente en el dolor y salir reforzados o tomar el trabajo con más fuerza como terapia de apoyo. Es posible que sea necesario re-ubicarlo para evitar accidentes o disminuirle la carga laboral. En una frase: tenerle paciencia y saber que es un proceso que pasará. Es importante ayudar a su trabajador en este duro proceso y mostrarle el camino de regreso a sus actividades normales, de lo contrario puede ser contraproducente tanto para él como para la empresa a nivel de resultados y de su entorno. En nuestro país, lleno de violencia, cada persona de alguna manera ha sufrido una pérdida, algunas no tan dramáticas y otras si. Es ahí donde la gestión humana se hace vívida, cercana, apoyando y ayudando al o los trabajadores a volver a su ritmo normal.

¿Por qué vale la pena invertir tiempo para el manejo del duelo de un trabajador? Si no tiene costeos del impacto de esa pérdida en la productividad de su empresa, difícilmente lo podrá contestar desde una perspectiva administrativa y quedará a criterio de los jefes desde una perspectiva humana, que no necesariamente sea correcta. Lo que se quiere transmitir es que decisiones de ese tipo mejoran el tiempo de recuperación y adaptación del trabajador y por consiguiente la productividad que -sin duda alguna- fortalece la cultura organizacional creando empresas sólidas con trabajadores comprometidos.

¿Vale la pena? ¡Si!

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